El 11 de abril de 2001, la selección nacional de fútbol de Samoa Americana se enfrentó a la de Australia en un encuentro de clasificación para el Mundial de Corea y Japón que acabo perdiendo por 31 – 0, lo que supuso la mayor goleada en la historia de las competiciones internacionales. Un varapalo humillante que afectó como nunca a la moral de un equipo demasiado acostumbrado a la derrota, y que los dirigentes federativos se propusieron enmendar contratando a un experimentado entrenador profesional para lograr el primer triunfo de su historia en partido oficial y abandonar así la cola de la clasificación de la FIFA. Los problemas surgen cuando el nuevo entrenador intenta inculcar disciplina de trabajo a sus jugadores, aficionados que en cualquier otro lugar no serían escogidos ni para disputar un partidillo de patio de colegio. Al igual que ocurre en casos como el de Senna, este premiado documental británico apela a los sentimientos emocionales del espectador para llevárselo de calle, y lo hace bastante bien. Bonito y emotivo a la par que entretenido.

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