Entre finales de los 70 y primeros de los 80, Italia se convirtió en un paraíso de la exploitation, cine de bajo presupuesto inspirado en grandes superproducciones de Hollywood y en el que una serie de inversores, generalmente tipos con mucha caradura y poca vergüenza, vieron un jugoso negocio ante el creciente auge del vídeo doméstico, lo que hacía de esta clase de películas un producto fácil de rentabilizar. Convertida en un clásico de culto gracias a la recién descubierta pasión de muchos cinéfagos por el cine basura y demás comedias involuntarias, esta copia barata de Conan el Bárbaro rodada en Turquía para abaratar aún más los costes, era en origen una miniserie de TV que fue recortada hasta los noventa minutos para su distribución cinematográfica, la cual se efectuó usando esta imagen promocional en videoclubes y salas de barrio a modo de cebo:
Ahora les animo a que vean la película y traten de encontrar algún parecido entre lo que sale del DVD y la susodicha imagen. Y les advierto que entretanto se lo pasarán la mar de bien con este inconmensurable potaje camp, ideal para ver en compañía de un grupo de amigos ocurrentes y buenas dosis de alcohol.