Julia Phillips me chantajeó. Estábamos en el hotel, en un ascensor, y me dijo: `Si no vienes a mi habitación y me follas, llamaré mañana y haré que te despidan´. Pensé que no iba a hacerlo porque no quería follármela y porque estaba casada con Michael Phillips, un tipo al que apreciaba de verdad. Y yo le dije: `No voy a hacerlo, el menda no entra en ese juego´. Me fui a mi cuarto, pero Julia llamó una vez, dos veces, tres veces… Al final subí y me la encontré fumándose un porro enorme. Vi mi oportunidad, creí que podría colocarme con ella y conseguir que al final se olvidase del asunto, pero di un par de caladas y venga, a follar. En realidad, más que follármela le comí el coño. Modestia aparte, la hice correr. Vendí mi cuerpo por mi carrera.
(Don Simpson, productor).