El novelista Frederick Forsyth emergió a primeros de los setenta como uno de los mejores autores de best sellers políticos, etiqueta que mantendría a lo largo de las décadas siguientes. Chacal, su debut publicado en 1971 y que por cierto está bastante bien, obtuvo un gran éxito y era de esperar que fuese convertido en película más temprano que tarde, pero pocos podían imaginar semejante resultado.

Fred Zinnemann, director muy prestigioso pero entonces en horas bajas, reverdeció laureles gracias a este entretenidísimo thriller en el que brillan los actores (escogidos adrede por no ser demasiado conocidos pero con «tablas») y en especial el guión, magníficamente adaptado a partir del texto original que Forsyth había escrito en tan solo seis semanas basándose en su propia experiencia como militar, espía y periodista sobre un complot para asesinar a Charles de Gaulle orquestado por la OAS, organización terrorista formada en su mayor parte por exmilitares franceses que veían al ya anciano general como un traidor por haber descolonizado Argelia al inicio de los años sesenta, jurando matarle en venganza. Tras su enésimo fiasco, la OAS reúne sus últimos efectivos humanos y financieros para contratar a un meticuloso y despiadado asesino a sueldo, apodado «Chacal», con la idea de no volver a fallar. Dos horas y media de autentico peliculón que se pasan como si nada y nunca decepcionan, aunque se hayan visto un millón de veces.

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