De no ser porque no es adicto a las drogas o el alcohol (todavía, que sepamos), a Jason Statham se le podría calificar perfectamente como un juguete roto que se arrastra por el lodo desde hace ya demasiado tiempo, viva imagen de lo que es el cine en la actualidad. Cierto que no cabe esperar mucho de un antiguo delincuente que antes de convertirse en actor había sido nadador y modelo, pero al menos tuvo unos inicios interesantes junto a Guy Ritchie de los que cabía esperar que, con un poco de suerte, no terminaría al lado del Stallone más decadente ni protagonizando un fistro de Uwe Boll, hasta convertirse en «estrella estrellada» de pelis para canis y demás subfauna poligonera (tras participar en Fast & Furious 6 y 7 acaba de anunciar que también saldrá en la octava parte de la saga, que ya está en marcha). Un camino in descensus de culo, cuesta abajo y sin frenos, duramente labrado a base de repartir una manta de hostias, recopilada aquí en cuatro gloriosos minutos. Y en puto HD, como no podía ser de otra forma.

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