Yo no tengo nada que decir contra ella. Escribo sobre cine porque algunas películas presentan suficientes dosis de arte (o de intento de arte) para justificar el esfuerzo, la emoción que he sentido en la oscuridad. Sobre Star Wars no hay nada que decir, porque no tiene arte bastante: la respuesta más elocuente es un ¡guau!, o pulsar la tecla de repetición. Star Wars, para bien o para mal, es una película sensacional. Y a mí me gustan las sensaciones, como el agua caliente sobre mi espalda o la sal en mi lengua. Pero en los últimos tiempos están apareciendo demasiadas películas que no merecen el espacio del papel que consumiría escribir sobre ellas, y no digamos el esfuerzo. Que desafían cualquier respuesta crítica o indagación verbal. Que están más allá del análisis.
(David Thompson).