Creo que no somos pocos los que pensamos que Carlos Pumares es el tío que más sabe de cine en España. Su azarosa vida es una clara demostración, una más, de cuan diferente puede resultar la trayectoria de una persona respecto al momento y el país en que le toque en suerte vivir: en lugares tan odiados por la progresía cultureta de este país como los USA, tipos como Leonard Maltin o Roger Ebert son admirados y colmados de honores. En España, empero, resulta virtualmente imposible pagar siquiera un paquete de chicles ejerciendo como comentarista de cine (la connotación habitualmente negativa de la palabra “crítico” no me gusta nada y suelo omitir su uso). Resumiendo: o tienes muy buenos amigos (pero muy buenos ¿eh?) o estás impepinablemente destinado a no comerte un torrao, sin importar el talento que tengas para destripar una peli al primer vistazo o que escribiendo seas la reencarnación misma del puto Cervantes. Lo de costumbre por aquí, vamos. Y del tema del respeto mejor no hablemos.

Se echaba en falta una buena biografía escrita de Carlos Pumares, quien conoció momentos de gloria durante los años 80 en la desaparecida Antena 3 Radio (sin nada que ver con la cadena de TV, ojo) y que hoy vive olvidado y defenestrado incluso por algunos de los que él creyó amigos, aunque en parte sea por culpa suya. Sus denigrantes apariciones en programas de “freak trash” como Crónicas Marcianas han hecho de él una caricatura, sin nada que ver con aquel hombre ilustrado que, pese a su mal genio y sus salidas de tono, nos enseñó cada madrugada a amar el cine. Iván Reguera y Juan José Aparicio indagan con Carlos Pumares: un grito en la noche en la figura de este personaje excepcional, en buena parte cubierta de misterio hasta para aquellos que le conocen personalmente.

Aparición estelar en Torrente 3. «Dios santo, ¿como demonios he hecho para caer tan bajo?»

Y hay que decir que han salido airosos del entuerto, sin temor a equivocarse. Su libro, estructurado en base a entrevistas realizadas al propio Pumares y a quienes tuvieron algún contacto con él (amigos, compañeros de profesión y hasta oyentes fieles) es muy ameno y se lee prácticamente de un tirón. Pero lo mejor de todo es que, irónicamente, el verdadero protagonista del libro no es Pumares. Los autores van más allá, y aprovechan las entrevistas para auscultar detalladamente la evolución, en las últimas décadas, del panorama de los medios de incomunicación españoles. Las conclusiones no pueden resultar más desalentadoras: no sólo no hemos progresado desde los tiempos de la Transición, sino que en algunos aspectos podría decirse que estamos a la par o incluso peor que en tiempos de Franco, así de claro. Particularmente esclarecedoras son las opiniones de dos colosos, dos periodistas de los de verdad como son José Luis Balbín yManuel Martín Ferrand, ambos casualmente “aparcados” fuera de la primera linea de los mass media desde hace años, huelga decir por qué.

Total, que el libro está muy bien y parece mentira que sus autores hayan tenido que sudar tinta, nunca mejor dicho, para encontrar una editorial que lo publicase. La estructura a base de entrevistas funciona y da la necesaria vivacidad a los textos, que se leen y comprenden con rapidez pero que a la vez proporcionan la necesaria “digestión lenta” que un libro como este ha de proporcionar. Porque efectivamente uno se lo lee casi sin darse cuenta, pero a la vez la lectura invita a pensar, a reflexionar. Sobre un personaje peculiar e insustituible como es Carlos Pumares. Sobre el cine. Pero también sobre cosas mucho más profundas e importantes en las que, las más de las veces, no reparamos tanto.

«¡Que os den a todos!»

(Este artículo fue publicado incialmente por Leo Rojo en COMPUTER-AGE.NET el jueves 6 de marzo de 2008 y se reedita con el permiso de su webmaster).

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