Odio a los superhéroes. Creo que son abominaciones. Abrazar lo que son, sin ambages, personajes infantiles de mediados del siglo XX, indica una retirada de las abrumadoras complejidades de la existencia moderna. Esto es potencialmente catastrófico, pues nos encontramos con la nostalgia del siglo pasado dominando posesivamente el ámbito cultural y negándose a permitir que esta era sin precedentes desarrolle una cultura propia, relevante y suficiente para los tiempos que corren. Encuentro preocupante que el público de las películas de superhéroes esté ahora prácticamente compuesto por adultos, hombres y mujeres en sus 30, 40 o 50 que se apuntan ansiosamente a ver personajes expresamente creados hace medio siglo para entretener a chavales de 12 a 15 años.
(Alan Moore).