Uno de los mejores compositores de bandas sonoras de la historia, o por lo menos el más conocido; autor de innumerables clásicos, incluyendo la música para dos Juegos Olímpicos, ganador de innumerables premios y nominado al Oscar casi ininterrumpidamente desde 1967 (hasta ahora ha ganado cinco). Ése es John Williams, quien ya era muy famoso cuando a finales de los años setenta colaboró una vez más con su realizador fetiche, Steven Spielberg, en su nueva película. Encuentros en la tercera fase compensó a ambos su tormentosa gestación bridándoles un enorme éxito, al punto de que la tonadilla de cinco notas compuesta por Williams para servir como “saludo” de los extraterrestres (estuvo frente al piano un día entero, probando cientos de combinaciones hasta dar con ella) se utilizaba en muchas casas como melodía para el timbre de la puerta. El paso de los años, y sobre todo el hecho de que la película quedase encajonada entre Tiburón, Star Wars y En busca del Arca perdida, ha terminado diluyendo el impacto inicial de una banda sonora más que notable, que merece estar con toda justicia entre las mejores de su autor. Y eso lo dice todo tratándose de alguien como John Williams.