En el apogeo de las grandes producciones épicas hollywoodienses, allá por los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, la presencia del compositor húngaro Miklós Rózsa era casi obligada para otorgarles un empaque musical acorde a su categoría. No es de extrañar que Samuel Broston quisiera contar con él para la banda sonora de El Cid, que junto a la colosal Rey de reyes marcó la cima de su trayectoria como productor. La música de esta superproducción avalada por el insigne historiador Ramón Menéndez Pidal tiene el aire grandilocuente y majestuoso que Rózsa le imprime a su trabajo en esta clase de películas. Quizá hoy suene un pelín viejuna, pero contiene alguna de las melodías más bonitas de este industrioso compositor, cuya carrera se extendió a lo largo de más de cuarenta años.

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