Stevie Wonder ya era bastante conocido cuando aceptó colaborar en la banda sonora de La mujer de rojo. Habitual de la legendaria Tambla-Motown, había obtenido algunos éxitos importantes; pero nada comparable a lo que lograría cuando decidió “blanquear” su música para acercarla al grueso de las clases medias y a la nueva casta dominante de yuppies y ejecutivos surgida al calor del ultraliberalismo auspiciado por la administración Reagan. El enorme éxito de la película impulsó al del disco y convirtió a Wonder en un fenómeno de dimensiones planetarias. I Just Called to Say I Love You hizo de su autor el segundo músico de raza negra en ganar un Oscar en la categoría de Mejor Canción Original (el primero había sido Isaac Raynes en 1971 por Shaft), mientras que Don´t Drive Drunk protagonizó, junto al mismísimo Steve, uno de los anuncios más recordados en la historia de la televisión española: