Sam Stone y su mujer Brenda forman un matrimonio de éxito en el que él se encarga de gestionar la inmensa fortuna que ella ha amasado como diseñadora de modas. Su vida juntos es aparentemente idílica, pero en realidad Sam odia a Brenda tanto como para planear su muerte y quedarse con todo su dinero. Un día Brenda es secuestrada por una ingenua pareja que cree haber sido estafada por la mujer, y exige a Sam un cuantioso rescate a cambio de no cargársela…
Aunque ya por entonces era un veterano curtido, Danny de Vito sólo logró alcanzar la fama con su aparición en Tras el Corazón Verde (1984), que funcionó estupendamente en taquilla. Bendecido por su nueva condición de estrella de Hollywood, de Vito decidió aceptar un papel que le iba como anillo al dedo en esta comedia repleta de caras familiares en el cine de la época. Judge Reinhold venía de participar en Superdetective en Hollywood tras dar el salto desde la televisión, formato en el que se había hecho célebre gracias a la serie Juzgado de guardia. Por su parte, Helen Slater se había pegado el batacazo con Supergirl pero, guapísima, aún conservaba tirón especialmente entre el público joven. Bette Midler no necesita presentación, mientras que a Bill Pullman todavía le faltaban unos años para convertirse en presidente de Estados Unidos.
Bajo de la dirección de los responsables de Aterriza como puedas y con el respaldo de una banda sonora de lujo encabezada por Mick Jagger, la película gozó de los atractivos suficientes como para dar réditos pese a no entregar todo lo que tal vez podría esperarse de ella, especialmente a la vista del irónico título original: Gente implacable. En realidad el título es lo único con verdadera mala leche en lo que no es otra cosa que una inocente comedia familiar, algo irregular aunque con algunos tramos brillantes, y en la que Danny de Vito es quien realmente justifica verla gracias a un personaje que borda.