Seguramente la película menos conocida en la ya extensa filmografía de Sylvester Stallone, al quedar encajonada entre los estrenos de Rocky II y la primera cinta de la saga Rambo, First Blood. Basándose en un guión previamente desechado para una tercera entrega de French Connection que nunca llegaría a filmarse, el guionista David Shaber construyó esta historia sobre un miembro de la Policía de Nueva York que ha de enfrentarse a un despiadado terrorista internacional apodado Wulfgar, inspirado en la figura de Illich Ramírez Sánchez e interpretado por Rutger Hauger en la que fue su primera incursión en el cine norteamericano. Tanto él como Sly aceptaron participar en este modesto trhiller de bajo presupuesto (sólo cinco millones de dólares) rechazando ofertas teóricamente mejores.
Y no cometieron un error: si bien la película no es ninguna obra maestra, hizo su dinerillo y, parafraseando a Carlos Pumares, está maja en especial durante el arranque, entreteniendo lo bastante como para merecer un visionado. Llama la atención la poblada barba que luce Stallone, que junto a unas enormes gafas le otorgan un aspecto diferente al que estamos acostumbrados a verle. Y en el caso de la edición española su voz doblada por Carmelo García en lugar de Ricardo Solans, la habitual en muchas de sus películas.