Una pequeña comunidad rural de la América profunda vive entre el desconcierto y el pánico por culpa de una serie de extraños y brutales asesinatos. Allí también vive y estudia John, quien además trabaja en la funeraria local propiedad de su madre. Un adolescente retraído y sociópata cuya afición por los asesinos en serie le lleva a involucrarse, sin proponérselo realmente, en la tarea de desenmascarar al responsable de unos crímenes particularmente sanguinarios.
Poco más puede contarse sobre el argumento de esta singular película de terror sin revelar elementos clave que estropearían las sorpresas que esconde. Coproducción anglo-irlandesa rodada en Minnesota basándose en una novela previa de un tal Dan Wells, lo mejor es verla, algo que puede recomendarse perfectamente aunque no estemos frente a ninguna maravilla. Bien rodada y dirigida sobre la base de un presupuesto muy escueto, destaca la interpretación del chaval protagonista y la aparición de Christopher «Doc Brown» Lloyd.