Clásico indiscutible del cine bélico. Partiendo de una historia real sobre la fuga masiva protagonizada por un grupo de soldados presos en un campo de concentración nazi, el escritor y guionista James Clavell (quien a su vez había estado preso en un campo de concentración japonés durante la guerra) escribió un guión que daría pie a una película magistral, bendecida por un director en estado de gracia como John Sturgess, un grupo de protagonistas carismáticos encabezados por Steve McQueen, y una banda sonora de lujo obra de Elmer Bernstein.
Poco más hay que decir sobre un filme que contiene una de las escenas de acción más famosas de todos los tiempos: la de McQueen dándose a la fuga a lomos de una motocicleta y en la que termina saltando con ella sobre una alambrada, aunque en esta última parte el actor fuese doblado por el legendario Yakima Canutt (conocido como el mejor especialista de cine de la historia) para evitar riesgos.