Interesante documental centrado en la sorprendente exhibición de La Naranja Mecánica durante la Seminci celebrada en abril de 1975. Que resulta menos sorprendente cuando uno ve el documental y ata cabos relacionados con el contexto de la época y del festival mismo, nacido en los años 60 como festival de cine religioso por mediación de un delegado cultural franquista, aprovechando que Valladolid era y es una de las ciudades más conservadoras de España. Porque no es casualidad que en ámbitos coloquiales suelan referirse a ella como Fachadolid.

El caso es que, como aquella extensión a las actividades relacionadas con la Semana Santa no captaba la atención de nadie y palmaba dinero continuamente, sus organizadores (entre los que estaban personas jóvenes pertenecientes a las escasas familias que podían permitirse ir al cine varias veces por semana, e incluso viajar al extranjero a ver películas), optaron por darle un impulso introduciendo la coletilla «y humanista» al término «religioso». Aquella taimada maniobra permitiría la exhibición de largometrajes imposibles de ver en el resto del país. Súmenle a eso que para 1975 el franquismo languidecía ante la ya inminente muerte de su jefe, y que los mandamases del régimen estaban advertidos sobre la necesidad de abrir algo el puño dictatorial si querían mantenerse en sus poltronas, y ya tenemos preparado el escenario del teatrillo.

La naranja prohibida podría resumirse perfectamente como «hijos de familias bien con permiso para saltarse las normas impuestas al resto de la población sin ser castigados por ello». Porque al final todo se resume en eso: en chavales yéndose a Canadá a ver La Naranja Mecánica de Kubrick y obteniendo permiso de las autoridades cinematográficas españolas para exhibir la peli en «su» festival cuando aquí estaba totalmente prohibida. Lo mejor tal vez resida en la visión de aquella España de Franco empobrecida, miserable, oscura y repulsiva. Una visión todavía cercana y cuya historia hemos de recordar continuamente para evitar que se repita (ahora tal vez más que nunca), descrita como narrador por el propio Malcom McDowell, al que no le falta una pizca de guasa hablando de la explotation española producida en 1973 por el caradura de José Frade, en la que su papel es interpretado por una enfermera a la que da vida Sue Lyon. Sí, la protagonista de Lolita.

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