Tras ver la película anoche en un ramalazo, mi conclusión es la misma que habiendo visto la práctica totalidad de la filmografía de Steven Spielberg posterior a Atrápame si puedes: ha debido palmarla o jubilarse en secreto y le han sustituido por su equivalente mejicano no sindicado:
En resumen, una peli entretenidilla pero solo a ratos, absolutamente fría y sin personalidad, sobre todo por la discutible decisión de rodarla en esa extraña mezcolanza entre dibujos animados hechos por ordenador y live action que acaba desvirtuando los comics de Hergé. Si vas a llevar a Tintín al cine, fílmalo en dibujos animados o atrévete con imágenes reales, pero no optes por algo que al final no es «ni chicha ni limoná», ¡mongolo!
Al menos hay dos cosas positivas: nada de niños asesinables para variar, aunque el testigo lo recoja (ocasionalmente) un Capitán Haddock pelín odioso. Y por una vez, no hay una una sola referencia a la unidad familiar ni al traumático divorcio de los padres de Spielberg. Sin duda, todo un alivio.