Biopic de Brian Wilson, figura clave de la música pop estadounidense como cerebro de los Beach Boys, estructurado en torno a dos segmentos temporales concretos. El hilo central de la trama discurre a partir de 1986, cuando Wilson conoció a una vendedora de coches de lujo durante un periodo en que el músico atravesaba sus horas más bajas influenciado por el siniestro Eugene Landy, presunto psicoterapeuta que dominaba todos los aspectos de su vida hasta el punto de decidir con quién podía relacionarse. En medio se intercalan una serie de flashbacks sobre las grabaciones de Pet Sounds y Smily Smile, dos discos que marcaron la cima creativa del talentoso Wilson pero también el inicio de un auténtico descenso a los infiernos causado por las drogas, que por entonces ya consumía en cantidad.
Interesante película, aunque a veces recuerde en demasía a cualquier telefilme de sobremesa chungo y en los flashbacks abuse de mostrarnos monótonas sesiones de grabación, lo que busca incidir en el errático y obsesivo carácter del protagonista pero puede resultar aburrido. Lo mejor reside en las interpretaciones de John Cusack, que da vida al Wilson decadente de los ochenta, y el siempre solvente Paul Giamatti como el perturbador Landy.
No, no es Leo Messi, es el actor Paul Dano caracterizado como Brian Wilson en 1965.