¿Qué cabe decir sobre esta película que no se haya dicho ya en cualquier otra parte? A buen seguro nada, pues estamos ante una de los productos cinematográficos más famosos dentro del género de terror, cuyo éxito se mantiene hasta hoy. Porque su calidad es indudable y sigue funcionando estupendamente a todos los niveles.
Poltergeist estuvo rodeada de polémica incluso desde antes de estrenarse, y la razón seguramente ya la conocerán ustedes. En su libro Steven Spielberg: biografía no autorizada, el crítico australiano John Baxter afirma que «probablemente nunca se sabrá a ciencia cierta quién dirigió Poltergeist«, en referencia a si lo hizo el propio Spielberg o el director acreditado para la ocasión, Tobe Hooper; pero al mismo tiempo incluye declaraciones de personajes tan relevantes como Jerry Goldsmith (encargado de la muy solvente banda sonora), quienes dan a entender que Hooper se limitaba poco más que a decir «acción» y era un pelele en manos del productor, que siempre rondaba por el plató haciendo y deshaciendo a su antojo.
Aquello fue en 1996. Hoy, los actores supervivientes de la película rompen una lanza en favor del pobre Hooper, ya fallecido, afirmando que su figura tenía más peso en el rodaje de lo que se piensa y que de hecho «se sentían» dirigidos por él, pero lo cierto es que Poltergeist es una película que «huele a Spielberg» por todas partes. Se nota en el guión, que él coescribió haciendo referencia a muchas obsesiones propias y aspectos de su infancia en Cincinnatti. Y se nota en el montaje, enteramente suyo y retocado en última instancia para que la censura le rebajase su calificación y que así pudiese verla más gente al convertirla en una película de «terror familiar» lo menos violenta y cruda posible. En palabras de un miembro del equipo recogidas por Baxter en su libro, Tobe Hooper sólo aparecía ocasionalmente por la sala del montador donde Spielberg trabajaba, se sentaba sin decir una palabra y se marchaba a los pocos minutos.
Hacía tiempo que Steven fantaseaba con la idea de hacer una película de terror, igual que había hecho Kubrick con El resplandor. Pero cuando finalmente pudo ponerse manos a la obra, estaba enfrascado en el rodaje de E.T. y el sindicado de directores tenía normas muy estrictas que impedían a una persona dirigir dos largometrajes a la vez, de modo que contrató a una «marioneta» para que figurase como director acreditado mientras él se encargaba de contratar al equipo, a los actores, dibujaba los storybords del guión… y dirigía de tapadillo. Eso no impidió que el sindicato acabase demandándole a instancias de Hooper, muy dolido por su situación, y le exigiese 200.000 dólares finalmente rebajados a 15.000 tras regatear la demanda. En venganza Spielberg se mostró implacable, acusando a Tobe Hooper de no tener el carácter necesario para controlar un rodaje de tanta enjundia, y aunque como parte del acuerdo tuvo que publicar una carta en Variety alabando su trabajo en el filme, lo hizo en unos términos tan sibilinamente humillantes y crueles y que nadie se la tomó en serio. La carrera del hasta entonces afamado autor de La matanza de Texas jamás levantaría cabeza.
Aquí la estupenda BSO del filme. Tratándose de una obra de Jerry Goldsmith, poco que comentar.