El cómico Bill Maher conduce este documental obra de Larry Charles, autor entre otras de Borat, Bruno y El dictador, que ataca sin contemplaciones el fundamentalismo religioso que caracteriza a la derecha norteamericana y recuerda por su estilo a los trabajos del famoso Michael Moore, con la salvedad de que Maher es mucho más directo, hiriente y contestatario, por lo que resulta mucho más valiente e incómodo para sus interlocutores. La película tira a matar desde el primer minuto, y con su verbo inteligente y afilado Maher no tiene problemas para dejar en evidencia a unas gentes y unas creencias que son, esencialmente, absurdas. El problema viene cuando la religión entronca con la política y sus dogmas, generalmente malinterpretados o interpretados de forma interesada, se utilizan para controlar la vida de los ciudadanos y sus derechos, algo que no solo afecta a la población de los Estados Unidos.