Pocos saben o recuerdan que esta modesta película está basada en un cómic. A principios de los noventa, la productora Dark Horse Entertainment, hermanada con una editorial de tebeos, hizo acopio de licencias baratas para producir cine low cost y entre los resultados figura este largo, que a pesar de su factura de baja estofa, a la par de su calidad general, se convertiría para sorpresa de todos en el más taquillero de Jean Claude Van Damme y en el segundo con él de protagonista tras Soldado Universal en romper la barrera de los cien millones de dólares recaudados en taquilla, cuando sólo había costado 27. Su éxito fue tal que animó la producción de una secuela y una teleserie, ambas sin la participación del «actor» de origen belga y ambas estrelladas, lo que no quitaría para que Universal amenazase con auspiciar un reboot mediada la década de 2010.
Timecop es una producción nivel McMenú dirigida por el industrioso Peter Hyams, y precisamente por eso funciona: a nadie le amarga un dulce de cuando en cuando (o para el caso, una hamburguesa); y aunque Hyams realice un trabajo vulgar y bastante pasota, suele ser eficaz. Aquí no se cortó en meter mano al guión, escrito por los autores del cómic original, para remendarlo en la medida de lo posible, y el resultado es el de esas películas que sabes que son algo mierder pero que siempre acabas poniendo cuando ves que las están echando por la tele.