Una de esas películas que me gusta ver de cuando en cuando espoleado por mi afición al cine basura, pese a que esta vez no proceda exactamente hablar de «cine basura» porque no estamos ante una comedia involuntaria, sino ante una verdadera parodia de Star Trek en la que se introducen elementos de la cultura popular turca para facilitar la asimilación del filme entre el público al que va destinado. El título original completo, Ömer el Turista en Star Trek, lo deja meridianamente claro. Ömer el Turista, al que da vida el actor Sadri Alişik, era un personaje tan famoso en su país durante los años sesenta y setenta que llegó a aparecer en ocho películas, de las cuales esta sería, curiosamente, la última. A punto de ser desposado por obligación con una mujer a la que no quiere ni en pintura, Ömer es «rescatado» por la tripulación del Enterprise, que casualmente pasaba por allí en una de sus habituales misiones exploratorias. Eso dará pie a un montón de situaciones cómicas y equívocos por razones que ya se pueden ustedes imaginar si son mínimamente perspicaces, y que más que nada tienen gracia (si no es usted turco, claro) por todo lo que rodea a la película en el aspecto técnico, artístico e interpretativo.
Estética «naif» (por llamarla de alguna manera), protagonistas vestidos de saldo y con el mismo color de piel que una paella mal condimentada, un remedo del capitán Kirk con el aspecto más GAY de todos los tiempos y un Mr. Spak (sí, han leído bien: Spak) con permanente cara de lirio son las primeras cosas que destacan en este potaje, completado con decorados a la altura de una obra de teatro escolar y soluciones rústicas en materia de efectos especiales, amén de los clásicos elementos robados obligatorios en toda buena exploitation turca que se precie, y que convierten el visionado en una experiencia absolutamente hilarante en algunos tramos, si bien no alcanza los niveles de otras infraproducciones más célebres entre los aficionados a esta clase de cine, todo un subgénero en sí mismo que en este caso se apuntaría un tanto al llevar el universo trekkie a la pantalla grande por primera vez, seis años antes de que Robert Wise gastase una millonada para acabar filmando una de las películas más aburridas de todos los tiempos, y mucho antes de que Star Trek se convirtiese en un fenómeno social.
No mientas JJ, te viste el Star Trek turco antes de hacer esto. El problema tratándose de alguien tan mediocre como tú, es que tener más pasta no significa ser menos cutre.